martes, 26 de noviembre de 2019

Pancreatitis aguda

Hablamos de pancreatitis aguda, cuando dicho órgano sufre un período de inflamación, seguido de su recuperación anatómico-funcional.
Presenta un 4-8% de probabilidades de derivar en el fallecimiento. Se debe a un proceso de autodigestión, en el que las enzimas pancreáticas se activarían en el mismo páncreas, dando lugar a daños en el mismo y su consecuente inflamación. La activación de dichas enzimas junto a la llegada de citokinas por la inflamación, daría lugar a más daños y, finalmente, a un edema con consecuencias como una hipovolemia, zonas necróticas e incluso alteraciones hemodinámicas que podrían derivar en shock. 

Hablando de la etiología, cabe destacar que se puede deber a la existencia de cálculos (sobre todo en mujeres), al consumo excesivo de alcohol, e incluso existiría un cierto porcentaje idiopático. Los síntomas que presenta son diversos y, entre ellos, dolor en el hemicinturón izquierdo (duele tan solo con palparlo), náuseas y vómitos, hematoma e ictericia. Para detectar esta enfermedad, existen diversas pruebas como: analíticas (valores de amilasa y lipasa elevados), TAC y ecografías (para mostrar el tamaño aumentado del órgano) y CPRE, entre otras. 


El tratamiento médico se basaría en el reposo pancreático (dieta sólida y antisecretores gástricos), antibióticos en caso de infección, analgésicos... En cuanto a los cuidados enfermeros, sería muy importante vigilar cualquiera anomalía fisiológica, realizar un aspirado gástrico permanente (para favorecer dicho reposo), reponer líquidos con gran cantidad de suero, e incluso valorar la depresión respiratoria por la afectación diafragmática.



Fuente: variedad de artículos de la base de datos Medline y documentos de google académico

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