viernes, 29 de noviembre de 2019

Trasplante hepático

Este tipo de trasplante está indicado sobre todo en hepatopatías en fase terminal con expectativa de vida inferior al 90%, aunque existirían siempre ciertas contraindicaciones como la edad o el estado de salud general.


El objetivo será poder proporcionar atención inmediata y eficaz al paciente trasplantado en el momento del ingreso, donde se encontrarán 2 enfermeras, 1 TCAE, 1 médico y 1 celador, habiendo todo este equipo cumplido las normas de aislamiento protector/estricto/inverso (habitación individual  lavado de manos, uso de traje exclusivo de la zona...).

El paciente traerá de qx un respirador portátil, un monitor de transporte, un catéter arterial D, introductor yugular D y catéter Swanz-Ganz, una vía central bi o trilumen yugular D, 1 o 2 vías periféricas de gran calibre (para sueroterapia y transfusiones), sondaje vesical y nasogástrico, así como drenajes abdominales, así como un tubo T o tubo Kher, en ocasiones de cirugía de vía biliar.

En las primeras horas, se pondrá especial atención en aspectos de vital importancia para el paciente como su estabilidad hemodinámica y el ECG, se valorará la diuresis y se evitará la hipotermia para prevenir la infección. Posteriormente, se continuará evaluando sus constantes vitales, su nivel de consciencia y movilidad, la PVC (presión venosa central), su estado general y las características de los drenajes. Así mismo, es de vital importancia tener en cuenta posibles complicaciones post-qx como hemorragias, infecciones y, en especial, el rechazo, para el cual se proporcionarán inmunosupresores para poder contribuir a la supervivencia del injerto. Así mismo, también se le administrará al paciente profilaxis antibiótica, procinéticos y analgésicos para el dolor.


Fuente: variedad de artículos de la base de datos Medline y documentos de Google Académico.

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