Los factores de riesgo para padecerla son: pertenecer a países occidentales, ser varón, ingerir comidas ricas en grasas, dulces, té, cítricos, cafeína... así como realizar ejercicio moderado (que relajaría el esfínter esofágico inferior). Su relación con la Helycobacter Pylori y la hernia de hiato es muy controvertida y, además, está muy relacionada también con los factores psicológicos y el acostarse sobre el lado derecho.
Como pruebas para detectarla tenemos: endoscopia con o sin biopsia (en los casos de alarma como anemia y pérdida ponderal) y phmetría ambulatoria (con una sonda de calibre reducido conectada a un registrador portátil para cuantificar el ácido gástrico). En cuanto al tratamiento, se procede con antisecretores de la acción gástrica, procinéticos (para favorecer el peristaltismo), así como una posible cirugía para reforzar la acción del cardias.
En cuanto a los cuidados, es imprescindible evitar la obesidad y el decúbito 2-3 horas después de comer, y hacerlo con la cabecera elevada, además de evitar el ejercicio físico si le desencadena síntomas, rechazar el tabaco y evitar chocolate, alcohol, tabaco y comidas ricas en grasas y/o carbonatadas.
Fuente: diversos artículos de la base de datos Medline y documentos de Google Académico. Imagen obtenida de: "Intramed".
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