La severidad depende de muchos factores como la causa del daño hepático o las enfermedades subyacentes. Su etiología son los virus (hepatropos A,B,C,D,E,F,G etc.) el alcohol o los fármacos.
Las más importantes son la A, B, C y en menor medida la D. Pueden ser asintomáticas o suponer cuadros muy graves y todas cursan con mayor o menor grado de insuficiencia hepática.
Para su diagnóstico debemos valorar las manifestaciones clínicas, las alteraciones bioquímicas (aumento de transaminasas y bilirrubina) y la positividad de los marcadores serológicos.
Fuente imagen: muysaludable.cl
Fuentes: Elsevier, Mayoclinic.
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