Las inflamaciones intestinales pueden darse en el intestino delgado (enteritis), en el intestino grueso (colitis) o en ambos (enterocolitis). Esta inflamación manifestará síntomas variados dependiendo de la causa que la provoque, como diarrea, dolor abdominal, debilidad, náuseas, vómitos, apatía, cefalea, fiebre o escalofríos.
Para realizar un diagnóstico se tendrán en cuenta las manifestaciones clínicas y se hará un recuerdo retrospectivo para valorar la posible exposición a alimentos en mal estado, aguas contaminadas, etc. Además, se llevarán a cabo pruebas diagnósticas como endoscopia, colonoscopia, análisis de sangre, coprocultivos y radiografía de contraste.
En la mayoría de los casos no se requiere atención médica y se resolverá solo en un breve período de tiempo. Sin embargo, sí hay que acudir a un médico si los síntomas no mejoran al cabo de 4 días, si hay sangre en heces, fiebre mayor de 30 ºC y si hay pérdida de líquido masiva por diarreas o vómitos. En el caso de los niños habrá que acudir si los vómitos perduran al cabo de 12 horas, y en neonatos tan pronto estos aparezcan.
En cuanto al tratamiento, habrá que seguir una dieta que corte la diarrea y proteja la mucosa oral, como alimentos cocidos, arroz cocido, manzana, yogur, etc. Los fármacos empleados serán el Fortasec (antidiarreico), corticoides (antiinflamatorios), AINES, y citoprotectores (inhibidores de la bomba de protones o los antagonistas H2. En caso de deshidratación se repondrán líquidos con soluciones venosas de reposición electrolítica y glucémica.
BIBLIOGRAFÍA
Mayo clinic
Tratado de fisiología Guyton Hall
Medline
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