La gastritis aguda es la inflamación de la mucosa gástrica de evolución menor a 6 meses, que cursa con erosiones y úlceras dando lugar a hemorragias digestivas. Puede ser erosiva, cáustica y aguda infecciosa (por acción del anisakis o de la Helycobacter Pylori). También se puede deber a ingesta de fármacos irritantes como los AINES, o bien tabaquismo, alcohol y excesos en la alimentación como picantes y grasas. Los síntomas son: molestias abdominales (mayores con estómago vacío), plenitud epigástrica, acidez y náuseas y vómitos, así como fiebre, hipo, flatulencia y hematemesis, según la etiología. Para detectarla, se realizan endoscopias y biopsias. En cuanto al tratamiento: antiheméticos (para no vomitar), antiácidos y antibióticos, mientras que los cuidados se centrarán en evitar grandes acúmulos de ácidos en el estómago, dieta suave, sin alimentos pegajosos, blanda, y con suplementos dietéticos si precisa.
La gastritis crónica tendrá una evolución, en contraposición, superior a los 6 meses y puede ser de 2 tipos: A(en cuerpo y fundus, por destrucción de células parietales y consecutiva falta de B12, frecuentemente evoluciona a adenocarcinoma ) o B (más frecuente, en antro pilórico, por reflujo biliar y helycobacter pylori, alcohol y tabaco). Para detectarla, se realizan pruebas como endoscopias y biopsias, analíticas y la prueba de ureasa en aliento (paciente ingiere cápsula de urea marcada con C14 y si, a los 10 min, expulsa CO2 maracado radiactivamente, existe presencia de la bacteria). Los cuidados se centran en una comida de fácil elaboración como hervidos y cocidos, reducción de grasas, cafeína y alcohol, reducir la inflamación y la acidez, además de administrar vitamina B12, antiácidos y antibióticos.
Fuente: diversos artículos de la base de datos Medline y documentos de Google Académico. Imagen acerca de la "gastritis erosiva", obtenida de www.msdmanuals.com.
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